Gloria Fuertes

Amor que libera

Ya no soy la niña amarga que tenía un mar de llanto y alta ortiga por el alma. Ya no soy la niña enferma que al oír risas lloraba; ya salí del solitario bosque que me acorralaba. Ahora soy la niña verde,
porque floreció mi calma. Ya no soy la loca triste, ya no soy la niña blanca, nuevo amor ha traspasado con el nardo de su lanza mi corazón, que ahora tiene un nombre de menta y ámbar. ¡Ay cuánta sonrisa noto que trepa por mis espaldas! ¡Qué brillo tienen mis ojos -viudos de siete mil lágrimas-!

Gloria Fuertes

sábado, 26 de febrero de 2011

Viñeta del dia 25/02/2011 Aprender sin odiar lo que estudiamos

Cuantas veces habremos criticado los contenidos de nuestras asignaturas, que luego nos han explicado otros profesores y nos han gustado. En mi caso, muchísimas. Me he encontrado, a lo largo de mi vida escolar, a muchos maestros que se han limitado a leer lo que ponía en el libro, maestros de voces tranquilas y constantes… (ni un altibajo que otro), de esta manera su propósito más que enseñarnos, era dormiiiiirnos y relajaaaarnos, y con los ojos entre abiertos, esperábamos a que sucediera algo divertido, como por ejemplo, las visitas que nos hacían las avispas en clase ¡Qué alboroto!
Aprender sin odiar lo que se estudia es un propósito que pocos maestros tienen en cuenta a la hora de impartir sus clases. Aprender a través del juego, es una buena opción. Hay tantos maestros que se ciñen al libro de texto… sin pensar que hay otras opciones, otras formas de enseñar divertidas y creativas.
En biología, aprendí muchas cosas sobre las células, si algo me ayudó a comprender  a parte de la explicación de mi gran profesor, fue la célula de plastilina que hice con todas y cada una de las partes de esta. ¡Y qué divertido fue!
Creo que lo más importante para evitar esto, es que los maestros se preocupen más por lo que aprenden sus alumnos y prueben otros métodos de enseñanza, dando menor importancia al tiempo que requieren estos.

Viñeta del día 23/02/2011

 
Esta viñeta en mi opinión, no muestra más que a una “maestra” fría y seca, que no sabe cómo tratar a un niño. Es inconcebible que tras sus años de estudios, los maestros y maestras de infantil puedan actuar de esta forma tan nefasta, pues deben transmitir ternura y confianza a los niños. Recuerdo el miedo que sentía los primeros días  de párvulos, la timidez y la vergüenza…muchos niños se sentían como yo. Probablemente el pequeño de la viñeta, está haciendo un gran esfuerzo por contestar a la maestra y hacerlo lo mejor que puede, pero la maestra con su actitud solo demuestra despreocupación y desinterés. Entonces, ¿puede ser correcto que la maestra haga a los niños presentarse y no se presente ella? Ella, que será su guía, que será idolatrada por muchos, que será admirada e imitada por sus alumnos. Ella, que ocupara un importante lugar en la vida de cada uno de sus niños...
Los maestros deben saber mucho para ejercer con eficacia su trabajo, pero antes que nada, deben saber sacar el niño que llevan dentro.