Esta viñeta me ha recordado mucho a mi infancia, en el sentido de que, yo también jugaba a este tipo de juegos. Frato, juega a los indios, yo jugaba a ser pocahontas en el campo, a ser la sirenita en la playa...De imaginación se trata. ¿Porqué prohibir a tu hijo que desarrolle su imaginación?
Recuerdo lo divertido que era jugar con mis amigas a Xena la princesa guerrera, involucrándonos tanto en nuestros papeles, hasta el punto de sentirnos nerviosas cuando nos encontrábamos en mitad de una lucha o cuando había que rescatar a alguien que estaba en peligro. Nuestros disfraces eran muy divertidos.
Mis padres me llamaban “peliculera” cuando se paraban a observarme en mitad de mi fantasía, como loca… hablando sola, rodeada de imaginación, aunque estuviese en mirad de la playa y mi único “juguete” fuese una corona- capa que me hacia mi madre con una toalla. Pero yo era la princesa más feliz del mundo. A mis padres siempre les gustó que yo jugara así, y me pusieron de ejemplo muchas veces. Me alegro de que no hicieran como la mamá de Frato.
En la viñeta, Frato juega con un amigo a “Indios y vaqueros”, la madre le dice que deje de hacer el “machito” y juegue con sus juguetes. Se puede observar a Frato tan emocionado (antes de hacer caso a su madre), sintiendo con todas sus fuerzas que es un indio revelándose ante un vaquero armado. Más abajo aparece una pequeña, algo aburrida, jugando a botar la pelota contra una pared. Pero ¿qué os parece más divertido? A mí sin duda alguna, me parece más divertido, jugar con la imaginación. Pues hacer botar un balón, no resulta tan apasionante.
Quizás, Frato ha sido un poco bruto jugando y hay que tener cuidado de no hacerse daño, pero eso es lo que su madre tenía que haberle dicho, en mi opinión. Puede que no sepa que jugar con la imaginación es más fructífero para su hijo.
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